Lionel Messi, que lleva unos cuantos récords ya conseguidos y tal vez algún que otro aún en la recámara, es cada vez más distinto del jugador que había empezado a destacar al lado de Ronaldinho en el año 2004, cuando muchos le veían una proyección extraordinaria pero no habrían podido imaginar dónde habría llegado. Con cinco balones de oro y cinco botas de oro en su palmarés, sin contar los numerosos trofeos que ha ganado con el FC Barcelona, el actual capitán del conjunto culé es para muchos el mejor jugador del momento y ha dado vida a una rivalidad increíble con Cristiano Ronaldo, sobre todo en los nueve años en los que los dos se han desafíado en la Liga española.
Ahora que ha llegado la madurez, sin embargo, el 10 argentino ha cambiado su manera de jugar. De delantero atómico y rápido ha pasado a ser un jugador a 360 grados, manteniendo intacta la puntería, como demuestran los 25 tantos marcados hasta ahora en el campeonato nacional, pero mejorando en aspectos como la visión del juego y el posicionamiento.
Muchos se esperan, de hecho, que el argentino irá poco a poco reculando en el terreno de juego para acabar siendo un auténtico armador, tomando los pasos de Xavi, se ex compañero y capitán. Sin embargo, al menos por ahora, parece difícil que Messi deje su sitio de mediapunta, lugar en el que Ernesto Valverde lo está poniendo últimamente.
El gran partido con el Sevilla, en el que Messi ha marcado tres goles y dado una asistencia de lujo a Luis Suárez, - hoy en día la mejor dupla ofensiva de toda Europa con un promedio de 1,631 goles por cada 90 minutos de juego -, es una muestra total de su calidad de cara al gol y de sus virtudes como pasador. En el Sánchez Pizjuán la Pulga se ha lucido tanto con dos trallazos desde la frontal, el primero en acrobacia, como con un toque suave a la salida del portero rival, sin olvidar su excelente pase de exterior a su compañero Suárez para el último gol.
Es decir que Messi sigue mejorándose, día tras día, y está muy centrado en cuajar una buena parte final del año. Con ya buenas posibilidades de hacerse con la Bota de oro 2019, el trofeo para el jugador que más goles ha marcado en las ligas europeas, el 10 argentino tiene sin embargo una asignatura pendiente, la de ganar con su Selección.
La cita para poder deslumbrar finalmente con la camiseta de la Albiceleste es la de este verano en Brasil donde se jugará la Copa América. Cada vez jugador más completo, Messi tiene que demostrar que con su equipo nacional puede rendir como en su equipo de club. Por el momento, con el Barça ya clasificado a la final de la Copa del Rey, apunta a otro triplete, que sería el tercero en su carrera. Una carrera difícilmente igualable para los que vendrán después de él.
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